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Abordar las disparidades en la atención y los resultados de la diabetes
Enfoque mensual sobre equidad en salud
Por Anita Ramsetty, MD, Directora de Equidad en Salud
Noviembre de 2024
Noviembre es el Mes Nacional de Concientización sobre la Diabetes. Si bien la ciencia médica ha logrado avances enormes en lo que respecta a los tratamientos disponibles para la diabetes tipo 1 y tipo 2 en los últimos 30 a 40 años, siguen existiendo diferencias en cuanto a quiénes reciben y se benefician más de esos tratamientos. Como resultado, existen disparidades en cuanto a quiénes sufren más las consecuencias de una enfermedad crónica como la diabetes.
Medicamentos como Ozempic fueron noticia por estar agotados y circularon rumores sobre quién podría acceder a ellos. Un hecho menos conocido, pero quizás más impactante, es el hecho de que los precios de la insulina se han mantenido demasiado altos para muchos pacientes. Esto se ha citado con frecuencia como una razón clave para el mal control de la diabetes entre quienes no tienen seguro médico, tienen un seguro insuficiente o se encuentran en niveles de ingresos más bajos. A medida que la diabetes se vuelve cada vez más difícil de controlar, la salud de las personas se deteriora, lo que reduce su capacidad para realizar un trabajo productivo. Pierden más días de trabajo y pasan más tiempo en salas de emergencia y hospitales, lo que genera costos adicionales. Esta situación ilustra claramente cómo la inequidad (en este caso, el acceso limitado a la insulina para un tratamiento esencial) puede conducir a un ciclo descendente que afecta a muchas personas. En todo el país, el porcentaje de personas que viven con diabetes varía según el estado, desde el 6,6 % en Colorado hasta el 13,4 % en Virginia Occidental, según los datos del censo de 2020. El acceso a la insulina, un medicamento fundamental, afecta a millones de personas.
Afortunadamente, en los últimos cuatro años el Congreso ha aprobado varias medidas que hacen que la insulina sea más asequible para muchas más personas, incluidas en particular las que tienen cobertura de Medicare. No es una opción perfecta, pero el acceso ha mejorado mucho, al menos por el momento. Sin embargo, todavía persisten grandes disparidades entre grupos de personas, incluidos los hispanos no blancos, los negros y los que viven en zonas rurales. Estas disparidades se reflejan en las derivaciones para la tecnología de la diabetes, como las bombas de insulina y los monitores continuos de glucosa, así como para recibir atención especializada.
La diabetes es una enfermedad crónica para la mayoría de las personas, que requiere un tratamiento de por vida después del diagnóstico. Garantizar un acceso equitativo a la atención puede reducir la carga de la enfermedad y facilitar una vida más sana y prolongada sin complicaciones.